jueves, 8 de marzo de 2018

CANCIÓN DE CUNA

Cuenta la leyenda que Iain, el jefe de un importante clan escocés, era un joven atractivo del que las muchachas se enamoraban, pero él no acababa de encontrar su pareja ideal.
Un día, paseando por el bosque encontró una casa habitada por hadas. Entró y se enamoró de una de ellas, siendo correspondido.
Ella era una princesa y su padre se opuso rotundamente que se casara con Iain Mc Leod. El Rey temía que su hija sufriera puesto que las hadas viven eternamente y los humanos envejecen y mueren.
Sin embargo, compadecido ante la inmensa pena de su adorada hija le concedió estar con Iain durante un año y un día. Después de ese tiempo debía regresar al bosque con las demás hadas.
La princesa aceptó feliz y durante ese año quedó embarazada y tuvo un hijo.
Cumplido el tiempo establecido por su padre y antes de marcharse, el Hada le hizo prometer a su marido que nunca dejaría solo al niño ni le permitiría llorar, ya que ella no lo soportaría.
Pasado un tiempo, Iain dejó a su pequeño con una niñera mientras cenaba con sus amigos que intentaban sacarlo de la depresión en la que había caído por la desaparición de su esposa.
Sucedió que la niñera se durmió y el niño comenzó a llorar sin que nadie se acercara a consolarlo.
La princesa de las hadas escuchó el llanto de su hijo y acudió a su lado.
Lo levantó de la cuna, lo envolvió en su manto y le cantó una canción de cuna mientras volvía a acostarlo.
La niñera y el padre al escuchar la canción, dulce y aterciopelada, corrieron al cuarto del pequeño, pero no pudieron ver a la persona que cantaba.
Años más tarde el niño explicaría lo sucedido esa noche, la noche en que conoció a su madre.
Desde entonces, a todos los niños del clan Mac Leod se los duerme con esa melodía y se cree que son protegidos por las hadas.